Por William Ospina*. Se diría que cuando se proclamó la Declaración Universal de los derechos humanos se olvidaron el derecho a la belleza y el derecho a la felicidad. Ambos parecían estar demasiado alejados de las necesidades básicas de la humanidad y pertenecer al orden de lo superfluo. La vida, la propiedad, la libertad, la opinión, el techo… Leer más/read more >>